Charlando un día con mi amiga Pili, me pregunto que si conocía como identificar la calidad de los huevos…
Mi respuesta en ese momento fue que NO, ya que en realidad eran datos que desconocía, pero que al contarme lo que ella sabía, despertó en mi una gran curiosidad para informarme bien al respecto y con gusto lo comparto contigo.
La vorágine de nuestro día a día y el tiempo que dedicamos a hacer el mercado es muy limitado, lo cual no nos permite revisar cada detalle de los productos que estamos añadiendo a nuestra cesta.
Hoy en día es muy complicado saber cuándo un producto es realmente natural al adquirirlo, ya que lo hacemos sin fijarnos o debido a que no sabemos interpretar el contenido de las etiquetas, sus nombres y sus códigos.
Todo esto, sumado a la industrialización, las macro granjas,
la sobre producción, el nivel de desperdicio y de desecho por el consumo masivo
de huevo, la gran industria aprovecha el desconocimiento de la interpretación
de los datos clave del consumidor, y al no ser consciente, se complica la
elección de un producto tan básico como lo es un huevo.
Por eso quiero presentarte los 5 tips para detectar si un huevo es fresco, natural y de calidad. ¡Vamos allá!
Tip N.1 – Identifica el número de tipo de cría
Ya sea en la cascara, en el cartón o en el envase donde vienen los huevos, siempre se debe indicar el número de clase empezando por 0. El código marcado en los huevos identifica la forma de cría, que son los siguientes:
0 – Huevo Ecológico y de gallinas en libertad
1 - Huevo de gallinas camperas (En semi libertad)
2 – Huevo de Suelo (están en suelo, pero puede ser producción masiva)
3 – Huevo de Jaulas (Macro granjas)
Por eso, es importante fijarnos en este código al momento de
decidir cual adquirimos.
Tip N.2 – Tipo de conservación
Existe la confusión o contradicción de que, si los huevos en los supermercados siempre están a temperatura ambiente, los tenemos que guardar en la nevera.
La respuesta es: los huevos deben estar en un sitio fresco, seco y a temperatura constante, y en el frigorífico es donde se puede conseguir esto.
Es un producto que en cuanto lo compramos debemos guardarlo en la nevera y de preferencia en un lugar específico para ello. Generalmente es en la puerta, ya que es una de las partes menos frías de la nevera y evita la contaminación al estar mezclados con otros alimentos.
Es importante evitar exponer los huevos a cambios bruscos de
temperatura, ya que se crea condensación de agua en la cáscara, provocando que
se contamine, debido a que la humedad facilita la aparición y multiplicación de
gérmenes.
Tip N. 3 – Revisar la fecha de consumo preferente
El huevo es un producto fresco y por lo tanto el periodo de consumo preferente no es muy largo. Es un producto que no indica fecha de caducidad específica, sino de consumo preferente, es decir que, aunque haya pasado dicha fecha, si se revisa el huevo y está en buenas condiciones, se puede consumir.
Según lo indicado por el instituto de estudios del huevo “Si se han mantenido refrigerados, y tienen la cáscara intacta y limpia, los huevos se pueden comer durante unos días después de la fecha de consumo preferente.
Esta fecha de consumo preferente (no es fecha de caducidad) es como máximo de 28 días desde la fecha de puesta. Indica el tiempo durante el que los huevos se pueden considerar huevos frescos porque, bien conservados, mantienen su calidad y seguridad.
Los huevos cocinados a menor temperatura (o sin cocinar)
deben ser huevos muy frescos. Los huevos menos frescos deben consumirse bien
cocinados (hasta que estén completamente cuajados)”.
Tip N. 4 – El tamaño del huevo
Las diferencias en el tamaño del huevo dependen totalmente de la edad de la gallina. Entre más vieja sea la gallina, más grande será el huevo. Se debe tener en cuenta también que a mayor tamaño, la cáscara es más fina y frágil. Un dato importante es que una gallina puede llegar a poner hasta 300 huevos al año.
El tamaño del huevo se clasifica de la siguiente forma:
S - Huevo pequeño, que pesa menos de 53 gramos.
M - Huevo mediano, que pesa entre 53 y 63 gramos.
L – Huevo grande, que pesa entre 63 y 73 gramos.
XL – Huevo extra grande, que pesa más de 73 gramos.
En cuanto, al tamaño, es importante saber que entre más
grande sea un huevo, puede llegar a tener menor calidad. El tamaño no es
siempre garantía de más calidad, sino únicamente de más peso.
Tip N. 5 – El color y grosor de la cascara del huevo
El color de la cáscara del huevo depende simple y básicamente de factores genéticos y de la variedad de la gallina.
Este factor es determinado por la raza a la que pertenece la gallina que se está criando. Es decir, las razas de gallina con plumaje blanco ponen huevos blancos y las razas que tienen plumas de color marrón ponen huevos marrones. Esto no quiere decir que la calidad sea diferente, ya que ambos poseen la misma calidad.
Algunos huevos marrones parecen tener diferentes tonos, entre más claro y más intenso. Esto se debe a la raza, la edad y el estrés de la gallina que afectan al tono del color. Una gallina joven puede poner unos huevos más oscuros que una gallina más vieja.
Como dato curioso, algunas razas ponen huevos de colores claros que pueden verse rosados, mientras que otras desarrollan huevos oscuros como el chocolate.
Los huevos que no sean de esta gama de colores no son naturales, son tintados o colorados mediante procesos artificiales.
Respecto al grosor, los huevos que tienen una cáscara delgada son de calidad más baja que los que poseen la cáscara gruesa y poco porosa. También son más frágiles y son más susceptibles a las roturas.
El estrés también es un factor que afecta a la formación de
la cáscara porque puede derivar en huevos frágiles y de cáscara delgada o
huevos deformados. Esto ocurre mucho en las macro granjas donde tienen acinadas
a las gallinas y se les da un trato denigrante.
Espero que esta información te sea de interés y de utilidad y que a partir de ahora, cuando vayas a comprar huevos revises todo lo comentado y seas otra obsesa de las etiquetas y su significado como yo.
Apoyemos a la producción natural y tradicional y no a la
sobreproducción y a las macro granjas. Te lo dice una persona que creció
alimentando a las gallinitas y buscando por todos lados dónde ponían sus
huevos, porque eran queridas, libres y cuidadas.
Lamentablemente, hemos llegado al final de esta interesante y provechosa información de consciencia alimentaria, que te proporcionamos con cariño desde FinorBox para que podáis dar un pequeño paso respecto al valor de los productos de los pequeños productores.
Y como es tradición en los blogs de las aventuras de la Viry de FinorBox, ahora viene el reto: Cuéntanos sobre tu aprendizaje y qué piensas al respecto de este tema. Nos encantará escuchar tu historia Finoret en redes sociales etiquetándonos con @finorbox. Seguro que muchos se identificarán contigo…
¡Saluditos y nos vemos en el siguiente choco aventura!